Total que el 25 de noviembre, se celebró el “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer” y, en virtud o como consecuencia de ello, los medios de comunicación en la Ciudad de México, dedicaron gran parte de su inocuo análisis diario a repetir sin cesar (con musiquita como de descubrimiento científico) cualquier cantidad de estadísticas tendientes a demostrar que en México, las mujeres son víctimas de un sinfín de abusos que tienen origen prácticamente desde el momento en que dichas mujeres llegan al mundo, cortesía de sus padres, hermanos, tíos u otros masculinos cercanos, hasta que, más adelante en sus vidas, ese abuso es compartido o cedido a sus correspondientes cónyuges, concubinos, novios, amantes, hijos, etc.
De manera brevísima, los medios mencionados citan, como base de los abusos, las condiciones de pobreza extrema, grave miseria, increíble ignorancia, y otra serie de frases-de-machote que tienen el objetivo de describir la situación social y económica real que prevalece en una grandísima parte del territorio nacional.
Como manda el protocolo, los abanderados de cada uno de los aparatos políticos de gobierno o independientes, así como los de diversas organizaciones sociales y/o instituciones pertenecientes a lo que en México se le llama “la iniciativa privada”, salen a decir que todos los abusos antes descritos están mal-requete-mal y que las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres y demás palabrería que tendrá relevancia nula para fines prácticos.
Lo que sí tiene relevancia, es que la retórica descrita se va mezclando, sutilmente, a lo largo del día, con el hecho de que los aparatos políticos de algunas entidades federativas, están muy preocupados por si se debe reconocer el derecho de las mujeres a abortar o no.
Para el final del día, es decir, al momento de clímax de programas de opinión/discusión/análisis (i.e. Bullshit) los ánimos están lo suficientemente caldeados para que, aplicando todos sus conocimientos sobre teoría de conjuntos, los comunicadores y “líderes de opinión” puedan determinar que existen dos
grupos con intereses, orígenes, principios y valores totalmente distintos, a saber:
Un primer grupo, en el que se ubican TODAS aquellas personas que NO están de acuerdo con que se deba reconocer el derecho de las mujeres a abortar y que, casualmente, SÍ está de acuerdo con que a la mujer hay que pegarle todos los días, ella sabrá porqué. Este grupo se denominará como “LA DERECHA”.
Un segundo grupo, en el que se localizan todas aquellas personas que SÍ están están de acuerdo con que se deba reconocer el derecho de las mujeres a abortar y que consideran que tocar a la mujer, con el pétalo de una rosa, es una abominalidad. Este grupo se denominará como “LA IZQUIERDA”.
Como aderezo, distinguen a los integrantes de la DERECHA como la famosa “iniciativa privada” pero en el sentido de ser los mismísimos propietarios de los bienes de producción o prestación de servicios, también considerados, coloquialmente, como CAPITALISTAS y, a la IZQUIERDA como los obreros, profesionistas e intelectuales.
Y aquí es donde a mí me empieza a dar nauseas todo el asunto, porque:
Sin entrar en detalles, según la literatura, el capitalismo reconoce como principio máximo el derecho de todo individuo a la propiedad privada, derecho que comienza con el propio cuerpo humano, de tal suerte que, a ultranza, un individuo debería de tener derecho a disponer de sus órganos, en vida, como mejor le parezca y, desde luego, si así lo decide, a cobrar por ello.
… O lo que es lo mismo, literalmente, puede hacer con su culo un papalote… Y luego rentarlo o venderlo en el parque.
Por su parte, según la literatura, la izquierda suele identificarse con el colectivismo, considerado generalmente como una corriente que busca el bien de la generalidad, de tal suerte que, si lo que el individuo decide es percibido como que afecta negativamente los intereses de un mayor grupo de individuos, ello le estará prohibido.
De ser cierto lo anterior, sería lógico pensar que:
El capitalismo o la derecha debe reconocer el derecho a abortar de una mujer, en tanto ello no afecte negativamente el derecho de un tercero.
El colectivismo o la izquierda debe reconocer el derecho a abortar de una mujer en tanto ello no afecte negativamente el bienestar de la colectividad en un determinado momento histórico.
Pues bien, de aquí surgen una serie de problemas:
Los partidos que supuestamente representan a la izquierda, no están contentos porque en los estados que gobiernan partidos que supustamente representan a la derecha, la colectividad ha decidido que no están de acuerdo con reconocer el derecho de las mujeres a abortar.
… Lo cual puede o no ser una chingadera, pero es la voluntad de la colectividad y, por lo tanto, debería de ser respetado por los partidos que supuestamente representan a la izquierda.
Paradójicamente, en otros estados en los que la colectividad ha decidido reconocer el derecho a abortar de las mujeres, los partidos que supuestamente representan a la derecha han decidido que no están de acuerdo con reconocer este derecho.
… Lo cual es a todas luces una mamada porque, en principio, la única labor de los partidos que supuestamente representan a la derecha, debería ser velar porque prevalezcan las circunstancias adecuadas para que cada individuo ejerza su libre voluntad.
Sin embargo, en lo que los partidos que supuestamente representan a la derecha y los que supuestamente representan a la izquierda SÍ están de acuerdo es que ni los individuos ni la colectividad están preparados para tomar decisiones porque no cuentan con los elementos suficientes para hacerlo porque, durante décadas, no han recibido la educación adecuada.
¿La solución?
Hay que decidir por ellos porque ellos no saben.
Y, casualmente, tal solución no tiene que ver un carajo con la ideología política representada por la derecha o la izquierda, sino con la intención de querer imponer la voluntad de unos cuantos gobernantes coludidos cada uno con grupos de poder económico y social... Entre estos, no hay inocentes.
... Y en mi opinión, eso es de lo que deberían estar informando los medios de comunicación y nuestros “líderes de opinión” en lugar de estar tomando partido como en una competencia deportiva, porque son los únicos que pueden, al menos en forma masiva, comenzar a romper con la ignorancia que permite que bajo las banderas de la izquierda o la derecha, cuatro o seis u ocho ojetes sigan manipulando este país como mejor conviene a sus intereses.
Y ya.
Estimado "Colega":
ResponderEliminarSiga usted abordando esos temas tan sensibles a "la colectividad" y gente como Fernando Rosas se va a ofender.
Un abrazo,
"El Comité"
Propongo al Comité que proponga a la Comisión que le diga a quien le tenga que decir que promueva la idea siguiente:
ResponderEliminarEs de mal gusto comentar un blog sin dejar datos de contacto.